“Sólo sé que no sé nada” (principio socrático)
“Y se me rompieron los esquemas…”
Fue el poeta de la Antigua Roma Junio Juvenal quien, en el siglo I, refiriéndose a un hecho improbabilísimo dijera la polémica frase:
“rara avis in terris simillima cygno nigroque ” .
Frase en latín que significa “un ave rara en la tierra, tal y como un cisne negro“. Cuando la frase fue pronunciada se asumía que el cisne negro no existía, de ahí que se pusiera como ejemplo de un suceso ciertamente inexistente. Pero la naturaleza es caprichosa y la vida impredecible y, mira tú por dónde, que en el año 1697 se hizo público en europa la existencia de los cisnes negros cuando los primeros colonos ingleses trajeron un ejemplar desde…¡Australia! La importancia de la frase de Juvenal radica en su extrapolación con la fragilidad de cualquier sistema de pensamiento. Una teoría es desechada una vez que alguna de sus conclusiones es refutada. Algún día futuro aparezca quizá cierto fenómeno (un improbable cisne negro) que rompa una cierta teoría (todos los cisnes son blancos). La teoría del Cisne Negro (Black Swan en inglés, explicada por Nicholas Talem en su famoso best-seller, aborda el profundo impacto, sobre la sociedad en general y sobre la economía en particular, de los sucesos aparentemente improbables que la gente tiende a menospreciar. Y bueno, hasta aquí la teoría.
Pues bien, iba un servidor despreocupadamente por la vida pensando que “los cisnes son blancos o los cisnes son negros”. Pero en mi reciente visita a Sudamérica descubrí con mis propios ojos que existe una especie de cisne blanquinegro (cygnus melanocoryphus- cisne cuellinegro). Y uno que, debido a su oficio, tiene más monte que Curro Jiménez (¿será leñador? se podrá preguntar alguno…), hasta el punto de tener un postgrado en ornitología, rápidamente se dijo: “esto ni es un cisne blanco ni es un cisne negro, es…otra cosa”. Y se me rompieron los esquemas… No en vano me encontraba ante la excepción a la excepción. Pensé que, de haberse generalizado el conocimiento de esta especie con anterioridad, se hubiera echado por tierra la teoría de los cisnes blancos de los antiguos romanos, la teoría de los cisnes negros de los colonos australianos y hasta quizá, el propio Nicholas Talem hubiera dado otro nombre a su libro o a lo mejor hasta lo hubiera roto a medio redactar…quién sabe. Y claro, no pude evitar cuestionarme la realidad que nos rodea…
¿Qué pasaría si siempre existiera una excepción a la excepción? ¿qué pasaría si un día descubrimos que no existe la política de izquierdas ni existe la política de derechas y que todo es distinto de como nos lo cuentan? ¿qué pasaría si un día se descubre que en el universo no existen ni los bosones ni las supercuerdas y que todo lo que nos han contado es determinantemente falso? ¿qué pasaría si un día descubrimos al dios que creó al dios que creó todas las cosas? Ese día…¿QUÉ?
FIN
Jaime Francisco Palomares. 29/12/2012
